lunes, 1 de octubre de 2012

Su venganza.


Estaba con mi padre, dentro del auto, durante un atascamiento del tránsito por culpa de una barra braba de cierto grupo de fútbol que jugaría en ese momento. Había otro integrante dentro del auto, pero no puedo recordar si se trataba de Agustín o sólo de un recuerdo incierto.
La gente, junto con mi padre, se había comenzado a impacientar, de manera que la violencia iba en aumento. Luego hubo un punto en el que se arrojó la primera piedra y todo desató en conflicto. Afortunadamente logramos salir del atascamiento.
Ibamos mi papá  y yo. Ah, y Agustín también; hacia la casa de Marcos. Resulta que durante el trayecto recorrido con el auto, nos encontramos, en una autopista (¿Desde cuándo vamos por autopista hacia la casa de Marcos, no?), a nuestros queridos amigos Marcos, Lucas, Dante, Jaz y las gemelas.
Decidimos bajar del auto de mi papá para continuar el camino a pié junto a ellos.
Sin razón alguna... mientras mis amigos hablabas y hablaban de lo que harían esa noche, (Aclaro que eran aproximadamente las 7.30, u 8.00 de la noche), yo miro hacia unas escaleras, detrás de una pequeña colina.
Poco a poco una persona de cabello tono rubio se asoma ,yo lo reconozco al instante.
Mi alegría creció de pronto a un nivel inimaginable... y sonriente lo miré y el me dijo:
Ben - Hi.
Cony - (sollozando) Hi !!! I can't believe you are here... thank you so much, thank you... so much.
Casi muriendo de alegría, Dante nos interrumpe para saludar a Ben junto con Lucas, Jaz, Marquitos y las gemelas.
Luego Dante dijo que me apure, ya que teníamos que llegar a la casa de Marcos. Al mismo tiempo que Dante me apura, Ben me toma de la mano y me dice:
Ben - Come here Conytah, I want to show you something.
Cony - ??? (Super felíz de que Ben me haya tomado de la mano, a ver... no se imaginan la alegría que sentí).
Ben me llevó hacia la misma escalera, tras la pequeña colina en la que el se apareció y nos sentamos unos segundos... (sí, segundos..).
Él, señalándome a las estrellas, las cuales se veían de un color vivo azul, amarillo rojo y blanco, señaló aproximadamente 5 o 6 constelaciones... pero yo sólo prestaba atención a aquellas 5 estrellas (que normalmente me cuesta bastante encontrar), conocidas como The Southern Cross, o La Crux del Sur. Ellas que me recuerdan siempre a él...
Dante - Vamos, Conyy !!!
Miro hacia los ojos de Ben... con profunda alegria... y vamos hacia donde mis amigos se encontraban.
El trayecto desde la autopista (No sé qué hacíamos ahí) hasta la casa de Marcos fué corto. Más que hablar en Inglés... nos besabamos en francés, ja.
Fue el beso más bonito que tuve en mi vida. Daría lo que fuera por volverlo a sentir.

Llegamos a la..ehm, departamento? de Marcos? Ok, ahora Marcos vivía en la capital, en un departamento.
Todos juntos nos metimos en el ascensor, para llegar al ultimo piso, donde se suponía que estaba la casa de Marcos. Mientras estábamos esperando para llegar, Lucas, Dante y Marcos se ponen a hablarnos a Ben y a mí, entonces empiezo a traducir cada palabra para que se comprendan entre ellos.
En ese entonces... que todo eran risas, felicidad, etc...le dí un abrazo a Ben... quién de pronto había dejado de hablar.
Su piel se había sutilmente oscurecido. Quizás eran las luces amarillas del ascensor que no terminaba su recorrido. Su pelo era más largo, sus manos eran femeninas, y su rostro había cambiado, junto con sus sentimientos.
Cony - Vos. Vos no sos Ben.
- No.
Ella, mostró una sonrisa diabólica de pura maldad, mientras sus ojos se tornaron del color rojo de la sangre y yo, desesperada, intenté encontrar a Ben, quien se había convertido en ¿Ella? No lo entendía... entonces, finalmente el ascensor llegó a destino y lo encontré a Ben, o lo que quedaba de él... que estaba recostado inconsciente en el sillón blanco de la sala en la casa de Marcos (Ok, cualquiera su casa).
Ella se convierte en una especie de humano deforme con alas de murciélago, esquelético, con una rapidez en movimientos sobrehumana, se asemejaba a una especie de sombra negra con pelo largo.
Yo me encargué de tomar todas mis fuerzas para alejar a Ben, quien seguía inconsciente,  de ella que quería matarlo.. entonces les dije a mis amigos que me ayuden, pero ellos, paralizados, no sabían qué hacer.
Tomé la determinación de huir, ¿a dónde? No lo sabía, estaba completamente perdida, rodeada de mis amigos que sostenían a esa bestia inhumana.
Rompí una ventana, o más bien una puerta corrediza... y me tire del balcón junto con Ben e intenté llevarlo lejos de esa cosa horrible, quien, desafortunadamente, me tenía en la mira.
Hice un esfuerzo sobrehumano por ponerlo a salvo, pero sin efecto. Ella inevitablemente lo alcanzaría. Entonces lo miré. Ya no veía a Ben. Sólo pude ver su cuerpo entramado de una especie de planta retorcida  que no me daba buena visión. Él se había consumido. Entonces llegó ella y frente a mí me dijo que le clave un puñal en el corazón. Y eso fue lo que hice. Yo estaba segura de que no iba a sufrir, porque yo no dejaría que eso pasara. Preferí que muriera en mis manos, en vez de las de él.
Finalmente clavo en su pecho aquél puñal, cortando su corazón, el cual no sangraba, y tenía un color naranja y se había convertido en una planta.
Ya no podría causarle dolor, de ninguna forma. Es entonces que él me mira, y se ríe de mí. Por haberlo perdido y por mi dolor.

Qué feo sueño.

Su venganza.


Estaba con mi padre, dentro del auto, durante un atascamiento del tránsito por culpa de una barra braba de cierto grupo de fútbol que jugaría en ese momento. Había otro integrante dentro del auto, pero no puedo recordar si se trataba de Agustín o sólo de un recuerdo incierto.
La gente, junto con mi padre, se había comenzado a impacientar, de manera que la violencia iba en aumento. Luego hubo un punto en el que se arrojó la primera piedra y todo desató en conflicto. Afortunadamente logramos salir del atascamiento.
Ibamos mi papá  y yo. Ah, y Agustín también; hacia la casa de Marcos. Resulta que durante el trayecto recorrido con el auto, nos encontramos, en una autopista (¿Desde cuándo vamos por autopista hacia la casa de Marcos, no?), a nuestros queridos amigos Marcos, Lucas, Dante, Jaz y las gemelas.
Decidimos bajar del auto de mi papá para continuar el camino a pié junto a ellos.
Sin razón alguna... mientras mis amigos hablabas y hablaban de lo que harían esa noche, (Aclaro que eran aproximadamente las 7.30, u 8.00 de la noche), yo miro hacia unas escaleras, detrás de una pequeña colina.
Poco a poco una persona de cabello tono rubio se asoma ,yo lo reconozco al instante.
Mi alegría creció de pronto a un nivel inimaginable... y sonriente lo miré y el me dijo:
Ben - Hi.
Cony - (sollozando) Hi !!! I can't believe you are here... thank you so much, thank you... so much.
Casi muriendo de alegría, Dante nos interrumpe para saludar a Ben junto con Lucas, Jaz, Marquitos y las gemelas.
Luego Dante dijo que me apure, ya que teníamos que llegar a la casa de Marcos. Al mismo tiempo que Dante me apura, Ben me toma de la mano y me dice:
Ben - Come here Conytah, I want to show you something.
Cony - ??? (Super felíz de que Ben me haya tomado de la mano, a ver... no se imaginan la alegría que sentí).
Ben me llevó hacia la misma escalera, tras la pequeña colina en la que el se apareció y nos sentamos unos segundos... (sí, segundos..).
Él, señalándome a las estrellas, las cuales se veían de un color vivo azul, amarillo rojo y blanco, señaló aproximadamente 5 o 6 constelaciones... pero yo sólo prestaba atención a aquellas 5 estrellas (que normalmente me cuesta bastante encontrar), conocidas como The Southern Cross, o La Crux del Sur. Ellas que me recuerdan siempre a él...
Dante - Vamos, Conyy !!!
Miro hacia los ojos de Ben... con profunda alegria... y vamos hacia donde mis amigos se encontraban.
El trayecto desde la autopista (No sé qué hacíamos ahí) hasta la casa de Marcos fué corto. Más que hablar en Inglés... nos besabamos en francés, ja.
Fue el beso más bonito que tuve en mi vida. Daría lo que fuera por volverlo a sentir.

Llegamos a la..ehm, departamento? de Marcos? Ok, ahora Marcos vivía en la capital, en un departamento.
Todos juntos nos metimos en el ascensor, para llegar al ultimo piso, donde se suponía que estaba la casa de Marcos. Mientras estábamos esperando para llegar, Lucas, Dante y Marcos se ponen a hablarnos a Ben y a mí, entonces empiezo a traducir cada palabra para que se comprendan entre ellos.
En ese entonces... que todo eran risas, felicidad, etc...le dí un abrazo a Ben... quién de pronto había dejado de hablar.
Su piel se había sutilmente oscurecido. Quizás eran las luces amarillas del ascensor que no terminaba su recorrido. Su pelo era más largo, sus manos eran femeninas, y su rostro había cambiado, junto con sus sentimientos.
Cony - Vos. Vos no sos Ben.
- No.
Ella, mostró una sonrisa diabólica de pura maldad, mientras sus ojos se tornaron del color rojo de la sangre y yo, desesperada, intenté encontrar a Ben, quien se había convertido en ¿Ella? No lo entendía... entonces, finalmente el ascensor llegó a destino y lo encontré a Ben, o lo que quedaba de él... que estaba recostado inconsciente en el sillón blanco de la sala en la casa de Marcos (Ok, cualquiera su casa).
Ella se convierte en una especie de humano deforme con alas de murciélago, esquelético, con una rapidez en movimientos sobrehumana, se asemejaba a una especie de sombra negra con pelo largo.
Yo me encargué de tomar todas mis fuerzas para alejar a Ben, quien seguía inconsciente,  de ella que quería matarlo.. entonces les dije a mis amigos que me ayuden, pero ellos, paralizados, no sabían qué hacer.
Tomé la determinación de huir, ¿a dónde? No lo sabía, estaba completamente perdida, rodeada de mis amigos que sostenían a esa bestia inhumana.
Rompí una ventana, o más bien una puerta corrediza... y me tire del balcón junto con Ben e intenté llevarlo lejos de esa cosa horrible, quien, desafortunadamente, me tenía en la mira.
Hice un esfuerzo sobrehumano por ponerlo a salvo, pero sin efecto. Ella inevitablemente lo alcanzaría. Entonces lo miré. Ya no veía a Ben. Sólo pude ver su cuerpo entramado de una especie de planta retorcida  que no me daba buena visión. Él se había consumido. Entonces llegó ella y frente a mí me dijo que le clave un puñal en el corazón. Y eso fue lo que hice. Yo estaba segura de que no iba a sufrir, porque yo no dejaría que eso pasara. Preferí que muriera en mis manos, en vez de las de él.
Finalmente clavo en su pecho aquél puñal, cortando su corazón, el cual no sangraba, y tenía un color naranja y se había convertido en una planta.
Ya no podría causarle dolor, de ninguna forma. Es entonces que él me mira, y se ríe de mí. Por haberlo perdido y por mi dolor.

Qué feo sueño.